(Foto: El Comercio)
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Luis Fernando Alegría

Entre el 2007 y 2016 el creció en 27,6%, a S/947, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). De ese monto, el 73% fue generado por el trabajo, según los datos.

En tanto, al ver el detalle de la evolución de la renta por grupos de la población, resalta que el crecimiento ha sido favorable a los más pobres. En el período señalado, el ingreso promedio de las personas más pobres, que concentran el 10% de la población, creció en 67,3%; mientras que el de las más ricas, con similar participación, aumentó en 10,5%.

Para el gerente general de Macroconsult, Álvaro Monge, la dedicación de las personas de más bajos recursos en las actividades que más crecieron en la última década, podría ser, en parte, la explicación a este fenómeno. “Entonces, si un sector crece, los ingresos de sus trabajadores van a crecer más que los del resto de la población”, sostuvo.

Así, la mejora experimentada en los ingresos de los peruanos ha permitido reducir de forma importante la brecha que existe entre los más ricos y más pobres. El 2007, el ingreso promedio mensual de estos últimos era 29 veces superior al de los primeros, pero el 2016 dicha diferencia se redujo a 19.

Sin embargo, para , ex ministra de Desarrollo e Inclusión Social, el Perú debe dejar de mirar los promedios, pues el rezago que existe en la sierra y selva rural aún es muy grande.

DETERMINANTES
Si bien el dinamismo económico ha sido muy importante para reducir la brecha de ingresos, los programas sociales impulsados por el gobierno anterior también tuvieron su aporte, según algunos expertos.

Para Hugo Ñopo, investigador principal de Grade, el crecimiento fue el protagonista de la reducción de la pobreza en sus años más dinámicos. Sin embargo, las políticas sociales fueron relevantes cuando la actividad se desaceleró.

“Eso deja como lección que hay que combinar ambos: el crecimiento con las políticas sociales. La unión de ambas herramientas es lo mejor para combatir la pobreza”, dijo.

Monge, por su parte, coincidió en la importancia del crecimiento económico para reducir las brechas de ingresos, pero a su vez manifestó que los programas sociales cumplen el rol de compensar la disminución de los ingresos, en el corto plazo, cuando se desacelera la economía.

Sin embargo, para , director del Instituto del Perú de la USMP, ni el crecimiento ni los programas sociales han sido la principal causa de la mejora de los ingresos.

Según el experto, la dinámica del sector agropecuario es verdaderamente clave para explicar cómo los ingresos en las zonas rurales (donde suele haber mayor concentración de pobreza) muestran mayor expansión. “Detrás de los ingresos rurales hay algo que creo que es un notición: el crecimiento productivo de la agricultura en la sierra y la selva en los últimos 20 años ha sido extraordinario”, comentó.

Agregó que el agro en la sierra crece al mismo ritmo que en la costa y que el promedio nacional. “Esa velocidad es una de las más altas del mundo. Somos un país con un período de despegue productivo agrícola que pocos países han igualado”, subrayó.

Como referencia, Webb anotó que el sector agropecuario peruano muestra una expansión de 3,9% anual, en promedio, desde 1997, igual al de China y superior al de Brasil, dos potencias en este rubro.

PERSPECTIVAS
A pesar de los avances, Bustamante considera que los retos pendientes en las zonas rurales son muy grandes. En primer lugar, subrayó que no basta con mejorar los ingresos, sino que se requiere reducir la vulnerabilidad de la población que esté cerca de la línea de pobreza. La clave es el acceso a los cuatro servicios básicos, sin los cuales no se puede salir de la pobreza: agua, saneamiento, electricidad y conectividad.

La ex titular del Midis recordó que, al 2016, el acceso a estos cuatro servicios básicos no llegaba ni al 25% de la población rural.

“Necesitamos realmente una política de desarrollo rural, que hace mucho no tenemos. Eso se tiene que volver a trabajar”, dijo.

Finalmente, sostuvo que un reto central es lograr que el ciudadano sienta los beneficios de las políticas públicas. Para lograrlo, indicó que es clave el trabajo conjunto de los ministerios y los gobiernos subnacionales: el trabajo debe ser articulado y multisectorial para que los beneficios lleguen a las personas que más lo necesitan.

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