Un promedio preocupante: cada año 1.100 menores de 15 años se convierten en madres en el Perú

Casi 30 menores de 16 años contraen matrimonio anualmente, en promedio

El año en el que este establecimiento de salud, el más importante de la zona, recibió a más menores de 15 años embarazadas fue el 2021. 7 de las 20 adolescentes que se convirtieron en madres en dicha fecha tenían entre 10 y 14 años.

Según el Sistema de Registro del Certificado de Nacido Vivo en Línea, en el Perú, cada año, un promedio de 1.100 menores de 15 años dan a luz.

"Solo en lo que va del 2023, más de 260 adolescentes de entre 10 y 14 años se han convertido en madres"

Un análisis realizado por EC Data revela que en una década 12.165 menores de 15 años han dado a luz. De este grupo, 2.500 se encontraban en primaria. Además, 176 ya estaban casadas o eran convivientes.

Las regiones con más casos por cada 100 mil habitantes son Ucayali, Loreto, San Martín, Madre de Dios y Huánuco.

El 2022 ha sido el año con más niñas menores de 15 años que dieron a luz. La cifra fue de 1.624.

“En la base de esto hay una serie de desigualdades: socioeconómicas, territoriales, pero sobre todo de género, donde las niñas carecen de una plataforma que garantice sus derechos y son sujetas a situaciones de abuso sexual”, explica Hugo González, representante del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).

El experto menciona que en el marco legal, se menciona que toda relación sexual con una menor de edad de una menor de 14 años se identifica como un delito. “Así se entiende que todos los nacimientos, incluidos los dos tercios de niñas de 15 años, una situación en la que hubo un delito”, advierte.

"En el marco legal, se menciona que toda relación sexual con una menor de edad de una menor de 14 años se identifica como un delito"

González sostiene que si bien es posible que menores inicien una vida sexual antes de los 15 años, no es posible asumir que ese es el caso de las niñas de 10, 11 y 12 años. “Ahí hay definitivamente situaciones de abuso sexual, que muchas veces están dados en el círculo más cercano de las niñas”, enfatiza.

Por ello, en términos de nacimientos, hay un incremento de alrededor de 40%, entre 2020 y 2022, de nacimientos de niños cuyas madres eran menores de 15 años.

González afirma que hay una afectación a la integridad y a la salud mental de las niñas, sobre todo cuando estos nacimientos son resultados de una violación sexual. “Una de las principales consecuencias que hay, cuando se trata de un abuso y ante la imposibilidad de recurrir a una interrupción del embarazo, ante una maternidad forzada, las niñas recurren al suicidio. Hablamos de una suerte de feminicidio inducido”, sostiene.

Un segundo gran impacto es la deserción escolar. Según los estudios realizados por el UNFPA, 8 de cada 10 niñas que se encontraban estudiando al momento de salir embarazadas abandonan sus estudios.”Ellas se quedan sin protección, son expulsadas de sus casas o las mismas familias las unen con sus abusadores”, afirma González.

"Ante la imposibilidad de recurrir a una interrupción del embarazo, ante una maternidad forzada, las niñas recurren al suicidio"

Al no estudiar, se da una tercera y una cuarta consecuencia: la dependencia total, ya que no tendrán las herramientas para ser solventes económicamente; o una vida en la informalidad.

Finalmente, González afirma que son más propensas a problemas de salud desde el embarazo, tanto ellas como sus hijos. “Sus cuerpos no están preparados para la maternidad.

Según el Mapa del embarazo y la maternidad en niñas y adolescentes en el Perú, realizado por el UNFPA, las adolescentes de 10 a 14 años pueden tener hasta 2 niños nacidos vivos. “Es importante recordar que no todos los nacimientos representan la cantidad de niñas embarazadas que hay”, afirma González.

Para el experto se deben tomar medidas urgentes para evitar que esta situación empeore. Primero, si hay abuso sexual, los responsables deberían recibir las sanciones adecuadas. Las familias no deberían propiciar las uniones y el sistema de justicia debería funcionar. Segundo, las menores no deberían ser obligadas a ser madres. Tercero, se debe garantizar que las niñas estén en las escuelas. Cuarto, se debe garantizar los servicios y la información para que las niñas y las familias se puedan reconocer en situaciones de vulnerabilidad. Finalmente, se debe garantizar el interés superior de las niñas.