Aldo Cadillo

Cuando más grande es la estela de la magnificencia del padre, más complicado para el hijo es salir de la sombra. Julio César Chávez Jr. nació y ya era conocido en todo México. Sin la necesidad de presentarse, en el país en donde el boxeo es casi tan importante como el saludo, el culiacanense decidió hacer carrera en el deporte en el que su padre fue, es y será leyenda.

Pero su más reciente derrota ante Daniel Jacobs, con abucheo y objetos lanzados por el público incluido, solo demuestran dos cosas: un nombre no gana un combate y es difícil que un hijo supere a su padre deportivamente. Aunque ejemplos que contradicen esta teoría hay, y varios: la dinastía Mayweather en el boxeo, la Curry en el baloncesto o la Alonso en el fútbol; la premisa que el hijo supere a su progenitor aún es difícil de contradecir.

Hijos de Pelé y Maradona

Los hijos de Pelé y Maradona nunca fueron mejor que sus padres. De igual forma, quizá nunca un jugador en el planeta supere a estos monstruos; pero, lo cierto es que el talento no se hereda y las oportunidades, a veces, no son suficientes aún siendo hijos de las máximas estrellas del fútbol mundial.

Edson Cholbi do Nascimento, uno de los siete hijos de Pelé, con toda la influencia que pudo ejercer su padre en el mundo del fútbol, terminó como portero del Santos y tiempo después arrestado por narcotráfico. Condenado a 13 años en el 2017, Edinho fue acusado de blanqueo de dinero y asociación al tráfico de drogas. El de Maradona, nos referimos a Diego Sinagra, juega en la sexta división de Italia y también ha participado en el fútbol playa. Es ahí donde ha conseguido triunfos significativos: fue subcampeón en el Mundial 2008. También estuvo en el programa argentino “Bailando por un sueño”

Y no sólo pasa en el fútbol, deporte en conjunto que en ciertas ocasiones el talento es potenciado por el colectivo. Alejado de los fuertes reflectores de la Fórmula 1, Nicolas Prost, hijo de Alain Prost -famoso piloto de la década de los 80′s y 90′s y rival de la leyenda brasileña del automovilismo Ayrton Senna-, ha encontrado espacio en la Fórmula E: competencia en la que los vehículos se desplazan con electricidad. Hay que tener talento para manejar un monoplaza; pero, mucho más para estar en la Fórmula 1.

¿El talento se hereda?

Para la psicóloga española Marta Bermejo Victoriano, directora técnica en el Centro de Psicologia Psicomaster de Madrid, "los padres son los mayores referentes de los niños desde que nacen. Los bebés aprenden por imitación, tenemos el cerebro programado para ello”, explica en un artículo publicado en el diario ‘AS’. A partir de este enunciado se entiende que muchos hijos decidan seguir el camino de su progenitor en la actividad que definirá su futuro.

La especialista también detalla que no es “necesario haber heredado alguna aptitud para ser bueno en algo, puesto que la práctica de una actividad puede conducir igualmente a desarrollar las habilidades necesarias para ser excelente”, puntualiza.

El caso de Julio César Chávez Jr. es digno de un análisis científico. Su padre, considerado uno de los mejores boxeadores de todos los tiempos, siempre estuvo presente en su infancia. Figura continua y recurrente, el padre ejerció influencia en él y en el resto de sus hijos. Pero no es suficiente con el talento heredado por los genes. Hace falta constancia, dedicación y entrenamiento, condiciones que Chávez Jr. no presente por los constantes escándalos en los que se ha visto inmiscuido.

Como en su última pelea ante Jacobs. Luego de no dar el peso, perdió después de decidir no salir al sexto round. Abucheado y violentado por objetos que llegaban desde las gradas, Julio César Chávez Jr. se retiró del ring con la estela de su padre, 'El César del boxeo’, aún posándose sobre él. Figura potente y brillosa, es difícil que un hijo supere a su padre. Y más complicado si no hay profesionalismo.



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