En ceremonia protocolar llevada a cabo  en el Congreso de la República, el congresista Francisco Sagasti juramenta como presidente de la República del Perú
En ceremonia protocolar llevada a cabo en el Congreso de la República, el congresista Francisco Sagasti juramenta como presidente de la República del Perú
/ Jhonel Rodriguez Robles
Jonathan Castro

Las primeras palabras del nuevo presidente del Congreso, Francisco Sagasti, fueron en homenaje a los estudiantes Inti Sotelo y Bryan Pintado. “No podemos volverlos a la vida, pero sí podemos, desde el Congreso, desde el Ejecutivo, tomar las acciones para que esto no vuelva a suceder”, señaló.

Sagasti dio un discurso sentido luego de asumir el cargo, como hace exactamente 20 años lo hizo Valentín Paniagua, para dirigir la transición con el respaldo de 97 congresistas y la oposición de 26. En la fórmula lo acompañan Mirtha Vásquez (Frente Amplio), Luis Roel (Acción Popular) y Matilde Fernández (Somos Perú).

“Haremos todo lo posible para devolver la confianza a la ciudadanía. Soy un convencido de que solo podemos salir adelante trabajando juntos, colaborando”, señaló Sagasti. A ello, agregó “lo que vemos en la calle es esa indignación que debemos reconocer, aceptar y encauzar por caminos pacíficos”.

La esperanza en el Congreso es que su elección marque un hito para empezar a solucionar la crisis social y política que ha vivido el país en los últimos días. Sagasti resaltó que la vocación de servicio inspirada por los jóvenes marcará su gestión.

Hoy jurará como presidente interino de la República hasta el 28 de julio del 2021. En declaraciones a Canal N, afirmó que ha renunciado a su precandidatura a la vicepresidencia con el Partido Morado. Mirtha Vásquez quedará como presidenta encargada del Parlamento.

El camino hacia su elección ha sido empedrado. El primer episodio fue la frustrada lista encabezada por Rocío Silva Santisteban (Frente Amplio), y con Sagasti en la primera vicepresidencia.

El domingo por la mañana, luego de que Luis Valdez (APP), entonces presidente encargado del Congreso, anunciara que las bancadas habían acordado pedirle la renuncia a la presidencia a Manuel Merino, la Junta de Portavoces continuó.

En esa reunión se formó un bloque compuesto por José Luna (Podemos Perú), Ricardo Burga (Acción Popular) y José Vega (UPP) que se opuso enfáticamente a que la lista de consenso sea presidida por el Partido Morado. Señalaban que ellos no tenían la suficiente representatividad de votos para hacerlo.

Las aguas se calmaron cuando se propuso que Silva Santisteban encabezara la lista, y Sagasti quedaría en la primera vicepresidencia, y con ello en la presidencia del Congreso. El bloque de voceros de PP, UPP y AP aceptó la fórmula. Pero a las 5 de la tarde, en la Junta de Portavoces, Gino Costa les mostró su disconformidad, pues consideraba que la bancada que debía liderar el proceso de transición era el Partido Morado, pues era la única que se había opuesto a la vacancia.

El planteamiento de los morados era que se invirtiera el orden: Sagasti a la presidencia y Silva Santisteban a la primera vicepresidencia. Una de las alternativas que se barajó fue que si el Frente Amplio tenía la presidencia, el Partido Morado también asumiera la presidencia del Consejo de Ministros, pero no hubo definiciones.

La negociación no prosperó y Sagasti retiró su firma, aunque luego volvió para mantener el acuerdo. A partir de allí, los posibles aliados se desanimaron de apoyar la lista. Podemos Perú decidió no otorgarle el voto porque consideraban que los morados estaban pateando el tablero. Y APP se dividió porque algunos consideraban que la lista no debía ser integrada por una congresista que había votado a favor de la vacancia, Yessica Apaza (UPP), y porque la legisladora de izquierda no les daba muchas garantías en la presidencia.

El día D

Ayer por la mañana circularon varios rumores de listas que no eran reales. La única lista inscrita era la que se había presentado el domingo por la noche, integrada únicamente por el Partido Morado. No la habían presentado con la intención de que sea definitiva, sino para meter presión. “Si nos querían agarrar de los lornas de la clase, no lo éramos”, dijo una fuente.

Pero se barajaron otras opciones. Aron Espinoza señala que los asesores de Zenaida Solís (PM) le señalaron que ella encabezaría una lista conformada por Vásquez, Roel y Fernández, los que luego acompañarían a Sagasti. Esa conformación no prosperó.

La Junta de Portavoces, convocada para ayer a las 10 de la mañana, dio pie a varias conversaciones que se desarrollaron en paralelo en varios ambientes del Congreso. Allí definieron la lista que finalmente fue elegida.

En el Frente Amplio, se optó por reemplazar a Silva Santisteban por Vásquez, pues la segunda tiene mayor conocimiento legal que la primera. En tanto, Roel (Acción Popular) les aseguró que tenía diez votos de su bancada.

APP tuvo un papel destacado para forjar el bloque que aprobó la lista de Sagasti. Fernando Meléndez, Carmen Omonte y César Combina participaron activamente en las conversaciones.

La cancha se inclinó a favor de Sagasti gracias al Frepap, que en la primera votación no había adelantado una posición. “Consideramos necesario votar a favor en vista de la ausencia de poder existente y con el fin de garantizar la gobernabilidad democrática, pese a nuestras diferencias ideológicas”, indicó María Cristina Retamozo, vocera alterna. “Era la primera vez que llegaban con el voto decidido antes del debate”, señala una fuente.

Dos factores fueron decisivos para lograr la votación a favor de Sagasti: la incapacidad de la coalición vacadora de presentar una lista, y la presión pública, pues el tiempo apremiaba y en el Congreso sentían que no iba a ser sostenible rechazar una lista por segunda vez.

Del otro lado, también intentaron formar una alternativa. Los dos voceros de Acción Popular, Otto Guibovich y Ricardo Burga, convocaron a José Luna, María Teresa Cabrera (Podemos) y José Vega (UPP) para armar una lista alternativa, en el tercer piso del Congreso, que estaría conformada por Cabrera, Leslye Lazo (AP), Mariano Yupanqui (Descentralización Democrática) y Yessica Apaza (UPP).

La lista fue retirada luego de que Lazo indicara públicamente que ella no había aceptado formar parte de la lista, pero, según Vega, ella estuvo presente en la reunión. Este Diario intentó ponerse en contacto con Guibovich, Burga y Lazo pero no contestaron las llamadas. Luego de que se cayera esta propuesta, la mayoría del bloque votó a favor de Sagasti.

Voto en contra

La única bancada que se opuso por completo a la lista de Sagasti fue Fuerza Popular. El principal argumento fue que representaban a una bancada que actuó como oficialista durante el gobierno de Martín Vizcarra.

Carlos Mesía, congresista de Fuerza Popular, sostiene que el Partido Morado fue un apoyo sistemático al expresidente, pese a las denuncias en su contra. Además, señala que una de sus grandes misiones es llevar a cabo unas elecciones limpias.

Aun así, Mesía señaló que le deseaba suerte, pues Sagasti gozaba del consenso de la mayoría de fuerzas del Parlamento.

Durante la votación, Gilbert Alonzo invocó la memoria del héroe de la operación Chavín de Huántar, Juan Valer Sandoval, asesinado por el MRTA durante el rescate de la Embajada de Japón. Sagasti fue rehén, y tiene las firmas de dos de sus captores. Mesía descartó que este haya sido un tema importante en la decisión de negarle el voto al nuevo presidente del Congreso.

Editorial

Sanar, enmendar y gobernar

Tras el caótico y breve gobierno de Manuel Merino de Lama, ayer por la tarde asumió las riendas del país Francisco Sagasti, elegido titular del Congreso el lunes como parte de una fórmula de consenso multipartidario y, en consecuencia, designado para ocupar la presidencia de la República hasta el 28 de julio del 2021.

Luego de lo ocurrido en la última semana, las tareas que deberá emprender el nuevo gobierno han aumentado y este parece reconocerlo, de acuerdo con el contenido del discurso que dio luego de asumir la jefatura del Estado. Por un lado, le tocará navegar la peor crisis sanitaria de los últimos tiempos (cuya resolución no parece que llegará en el corto plazo) y paliar los efectos destructivos que esta viene dejando en nuestra economía. Y por otro, deberá lidiar con la convulsión generada por su predecesor y apostar por un estilo que tiene la responsabilidad y la empatía como ingredientes fundamentales.

Con respecto a la pandemia, el mandatario tendrá que trabajar duro para recuperar el tiempo perdido. Es positivo, así, que en su discurso se haya referido a los esfuerzos para lograr que la vacuna llegue oportunamente a nuestro país una vez que se haya confirmado la viabilidad de una —hay múltiples laboratorios que ya están mostrando excelentes resultados con sus fórmulas—. También será vital que cumpla con su anuncio de emplear la experiencia adquirida en los últimos meses para tomar mejores decisiones que nos permitan mitigar, en la medida de lo posible, el surgimiento de una segunda ola de contagios.

El 17 de noviembre, el ingeniero Francisco Sagasti asumió la presidencia transitoria del Perú. Su designación fue un respiro a las tormentosas semanas y meses que el país vivía a consecuencia de la pandemia y la crisis política.
El 17 de noviembre, el ingeniero Francisco Sagasti asumió la presidencia transitoria del Perú. Su designación fue un respiro a las tormentosas semanas y meses que el país vivía a consecuencia de la pandemia y la crisis política.
/ Presidencia de Perú

Las medidas por tomar en el terreno económico tendrán que estar estrechamente ligadas a las del campo político. Una de las principales consecuencias del efímero paso de Manuel Merino por Palacio de Gobierno ha sido la desconfianza que su asunción generó en muchos frentes. La calificadora de riesgo Moody’s, por ejemplo, mostró preocupación por que el ahora exmandatario y su Gabinete no fuesen a ponerle frenos al populismo del Congreso. En ese sentido, el mensaje de Sagasti ha sido claro y positivo al señalar que se trabajará para mantener la estabilidad fiscal.

Asimismo, ya no hay espacio para incluir en el equipo de ministros a personas que puedan poner en tela de juicio la meridiana separación que tiene que haber entre los poderes del Estado y debilitar la posición del Ejecutivo en temas importantes. El grupo de ministros liderado por Ántero Flores-Aráoz fallaba en estos puntos debido a las dudas que generaban ciertas declaraciones del entonces primer ministro sobre la reforma universitaria y la presencia de algunos políticos que se habían mostrado abiertamente a favor de vacar a Martín Vizcarra en medio de una coyuntura crítica.

En esa línea, la elección de un Consejo de Ministros que genere la confianza que el nuevo gobernante ha prometido también será clave. Tras la crisis política que hemos vivido estos días, y al tratarse de un gobierno de transición, la legitimidad no solo residirá en la legalidad de los procesos que lo han encumbrado, sino también en que el país considere que se está tomando en cuenta aquello que la administración de Merino ignoró. Esto es, el respeto a las reformas del Estado, la independencia de instituciones como el Instituto Nacional de Radio Televisión, y las demandas expresadas por los manifestantes estos días de tener una clase política más proba.

Felizmente, desde el primer día el jefe del Estado ha mostrado voluntad por escuchar y entender lo que la gente necesita. En ese sentido, el gesto de ofrecer disculpas a las víctimas de la represión policial y el de invitar a los padres de los fallecidos a su juramentación son valiosos y poderosos. Una necesaria y positiva muestra de empatía que hay que resaltar.

En suma, el mensaje del presidente Sagasti ha sido una bocanada de aire fresco tras días de convulsión e incertidumbre nacional. Ahora le toca pasar del dicho al hecho para sanar a un país herido, por el homicidio de dos jóvenes durante las manifestaciones y por los errores de quienes estuvieron antes de él, y gobernar pensando en lo mejor para el país.


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