Villa El Salvador, 23 de Enero del 2020
Camión cisterna chocó esta mañana contra unas viviendas en el cruce entre las avenidas Edilberto Ramos (Mariano Pastor Sevilla) y Villa del Mar, en el distrito de Villa El Salvador, y causó un incendio, murieron 3 personas, hubieron 51 heridos y varios danõs en las casa aledañas.
Fotos con drone de Carlos Hidalgo
Villa El Salvador, 23 de Enero del 2020 Camión cisterna chocó esta mañana contra unas viviendas en el cruce entre las avenidas Edilberto Ramos (Mariano Pastor Sevilla) y Villa del Mar, en el distrito de Villa El Salvador, y causó un incendio, murieron 3 personas, hubieron 51 heridos y varios danõs en las casa aledañas. Fotos con drone de Carlos Hidalgo
/ CARLOS HIDALGO
Juan Guillermo Lara

Un estruendo en la puerta de su vivienda despertó bruscamente a Hernán Huamán. Al salir para ver qué había sucedido, se encontró con una ‘niebla’ que entraba a su casa. Asustado por el olor a gas, regresó para alertar a su familia y huir. En el mismo momento, a 150 metros de la casa de Hernán, Alejandro Meza se asomó a la ventana de su habitación en un segundo piso por los gritos de sus vecinos. Ellos pedían ayuda por la ‘niebla’ que avanzaba hasta la parte baja de la zona. No sabían qué hacer.

Tres minutos más tarde, recuerda Alejandro, esa “niebla” se convirtió en una llamarada y explosiones. Había personas que corrían con la ropa en llamas. Se escucharon varias explosiones, dice Alejandro.

El origen de la emergencia se dio frente a la casa de Hernán, unos diez minutos antes de las 7 a.m. Según los vecinos, la pesadilla empezó cuando el chasís de un camión-cisterna de la empresa Transgas LG E.I.R.L., de placa A2X-847 y cargado con 2.500 litros de gas licuado de petróleo (GLP), impactó con un desnivel en el cruce de las avenidas Mariano Pastor Sevilla y Villa del Mar, en Villa El Salvador. Ellos están seguros de que esto fue la causa de la tragedia que ha enlutado Lima, ya que otros vehículos han tenido el mismo problema antes.

Por los videos difundidos en las redes sociales, se sabe que en solo unos minutos, litros de GLP rodearon el vehículo, comenzaron a expandirse e ingresaron a las viviendas más cercanas. El combustible llegó hasta unos 200 metros de distancia de donde ocurrió la emergencia y el fuego regresó por el rastro de gas. Los vecinos de ese barrio que apenas despertaba no tuvieron escapatoria: las llamas los alcanzaron en la calle y en sus casas, donde creyeron hallar refugio.

POLICIALES: DEFLAGRACIÓN E INCENDIO EN VILLA EL SALVADOR
POLICIALES: DEFLAGRACIÓN E INCENDIO EN VILLA EL SALVADOR

El resultado de la emergencia, según el último reporte del Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN), es de seis personas fallecidas y hasta 44 heridos con quemaduras de segundo y tercer grado. Además, hay 20 viviendas afectadas, de las cuales seis han sido consideradas inhabitables.

“No nos queda nada. Lo que tengo puesto es lo único que me queda. Pedimos que las autoridades nos apoyen porque en muchas de nuestras familias [de los damnificados] hay niños y adultos mayores”, lamenta Hernán entre los escombros de lo que antes llamaba casa.

Empieza el incendio

Luego de más de dos horas de trabajos, el jefe territorial de los bomberos para Lima y Callao, Mario Casaretto, confirmó que la deflagración se pudo originar por “cualquier” chispa generada en el interior de las viviendas, como una cocina encendida o un cargador de un celular.

“Por la cantidad de gas que había en la zona, hasta prender la luz pudo haber ocasionado la deflagración”, comentó el comandante de los bomberos. Debido a la magnitud de la emergencia, que fue catalogada con código 3, se movilizaron hasta 18 unidades de bomberos, entre motobombas, cisternas y ambulancias y unos 200 agentes.

El Ministerio del Interior informó que ocho unidades del Escuadrón de Emergencia Sur, 25 agentes de la Sección de Operaciones Especiales (SOES) de la Policía Nacional del Perú (PNP) y dos unidades de rescate apoyaron en las labores de contención.

Cuestionamientos

La Asociación Peruana de Empresas de Seguros (Apeseg) precisó que los daños personales y materiales ocasionados por el siniestro superarían el monto del seguro contratado por la empresa.

Eduardo Morón, presidente de este organismo, informó que la póliza contratada por Transgas es de S/860 mil. La cantidad guarda relación con el tamaño del vehículo, pero la cobertura está aún muy por debajo del monto máximo establecido por el mercado (S/1′290.000).

“Por lo que se ha visto en la mañana, parecería que los gastos van a ser mucho mayores a esa cobertura [S/860 mil]. Va a tener que ser la empresa la que se haga cargo con sus recursos de atender los daños e indemnizaciones que correspondan”, explicó. La Sociedad Peruana de Gas Licuado (SPGL) denunció que existe una creciente informalidad en el sector que pone en riesgo a la población.

“Cualquier persona con un tanque de estos y que cumple ciertos requisitos puede obtener autorización de comercialización de GLP, como la empresa involucrada”, manifestó la entidad en un comunicado.

La versión del alcalde

Desde el epicentro de la emergencia, el alcalde de Villa El Salvador, Kevin Yñigo Peralta, responsabilizó a la gestión anterior por el mal estado de la vía. Su antecesor es nada menos que su hermano Guido, quien es candidato a congresista por el partido Perú Patria Segura. Anoche tenía previsto un cierre de campaña con fiesta incluida que fue suspendida.

Con tan solo 23 años, Yñigo se convirtió en el 2019 en el alcalde más joven de Lima, sin ninguna experiencia en gestión pública. Asediado por la prensa y los vecinos, se retiró en silencio de un barrio que es víctima de una cadena de negligencias que pudo ocurrir en cualquier lugar de la capital.

Más información

26 de enero de 2020

Solidaridad en medio del desastre

Por María del Carmen Yrigoyen

Cuando Patty Mamani, de 35 años, se enteró del accidente en Villa El Salvador (VES), que ya dejó 14 fallecidos, más de 40 heridos y decenas de damnificados con sus viviendas dañadas por la deflagración, tomó un carro desde Lurín, donde vive, hasta el Hospital de Emergencia de VES para ofrecer su ayuda. “Estaba un poco delicada y no podía donar sangre. Pero me puse a parar carros para conseguir donantes como sea”, cuenta. Llegó por la mañana y se fue a su casa recién a las 11 p.m. Al día siguiente, volvió a las 8:00 a.m. con un micrófono para conseguir leche de fórmula para los bebes hospitalizados y pañales para los pacientes adultos. Y el sábado también regresó.

Hospital de Villa El Salvador colapsa al recibir decenas de heridos tras fuga de gas y deflagración de camión cisterna (TROME)
Hospital de Villa El Salvador colapsa al recibir decenas de heridos tras fuga de gas y deflagración de camión cisterna (TROME)

Mientras recolectaba las donaciones, se le acercó una mujer de 65 años. Se llamaba Sonia Macedo y era recicladora. “No soy pudiente”, le dijo. “Pero doy con amor”. La señora había llevado tres bolsas enormes con ropa, zapatos y pañales. Aun así se echó a llorar creyendo que no era suficiente. Mamani la abrazó. Macedo no había desayunado.

Devolver la alegría

No solo el Ministerio de Salud, que ha enviado a 48 psicólogos para acompañar a los deudos en esta etapa, se ha ocupado de la salud mental del barrio. En la zona han aparecido pegados varios letreros con mensajes de solidaridad. Sus autoras son unas jóvenes universitarias. En una de las cartulinas se lee: “No te rindas. Dios está contigo y nosotros también”. Otra dice: “No desmayes, amigo, y resiste, porque hay mucha gente orando por ti”.

Juan Alberto Sinchis, de 33 años, se transformó ayer en el payaso Colorín para ofrecer un show a los niños de las avenidas Pastor Sevilla y Villa del Mar, en VES. Llegó a las 9 a.m. con los otros 11 miembros de su agrupación de animadores, clowns y payasos e hicieron bailar, saltar y reír a los pequeños, para quienes sus calles se han convertido en enormes velatorios.

El show duró más de dos horas y se reanudó a las 3 p.m. Sinchis usó una carpa instalada por el Ministerio de Educación para que los menores pudieran disfrutar la función bajo la sombra. Les llevó también juegos didácticos para que pasaran el tiempo y, en otro momento, los muchachos se pusieron a pintar y a formar animales de origami con las hojas y colores que una ONG les entregó.

“Nuestra labor es que los niños se distraigan. Y si podemos llevar un poco de felicidad a los adultos, también. Hemos visto a varios padres asomándose”, cuenta el payaso, quien además estuvo organizando una olla común.

Así como él, muchos ciudadanos donaron comida. Gian Carlo Amar Reyes, de 28 años, llamó a sus compañeros de trabajo y los comprometió a ayudarlo a llevar almuerzo a los damnificados. “Vivo en el Callao, por el aeropuerto. Desde allá vinimos en un taxi con dos ollas de comida. Mi mamá, María, de 62 años, se levantó a las 4 a.m. para cocinar el arroz y la carapulcra”, cuenta.

Amar estaba con descanso médico y con problemas para caminar. “Se me vació el líquido de la rodilla. Pero algo tenía que hacer. Así que conversé con mis amigos del trabajo, somos del sector transporte, y vinimos”, cuenta. El grupo llegó a las 11 a.m. y repartió 90 raciones, que se acabaron antes de la 1 p.m.

Homicidio culposo

La fiscalía solicitó nueve meses de prisión preventiva contra Luis Guzmán Palomino, el conductor del camión-cisterna que causó el accidente. El chofer fue trasladado al Juzgado de Turno de Lima Sur y es procesado por el delito de homicidio culposo.

Opinión

25 de enero de 2020

Ese maldito camión

Por Pedro Ortiz Bisso

A unas cuadras de donde ocurrió la deflagración que mató a ocho personas el jueves, en el cruce de las avenidas María Reiche y Mariano Pastor Sevilla, la pista tiene una pendiente tan pronunciada que el chasís de los vehículos choca contra el pavimento. ‘El Chino’ es como se le llama a una popular línea que recorre Lima de un extremo a otro, desde Puente Piedra hasta Villa El Salvador. Al llegar al cruce de Reiche con Pastor, sus buses se asemejan a inmensas ballenas celestes que se hunden en una ola oscura y profunda, para emerger, segundos después, bamboleantes, dejando su chirriante huella sobre el asfalto, hasta encontrar su equilibrio y continuar con su camino.

Deflagración de camión cisterna deja varios muertos, heridos y casas destrozadas en Villa El Salvador
Deflagración de camión cisterna deja varios muertos, heridos y casas destrozadas en Villa El Salvador

Escenas como esta no se ven solo en el distrito donde viviera María Elena Moyano. Lima está plagada de calles con desniveles, sean viejas o nuevecitas, toboganes perfectos para especialistas en skate o esquí.

Tiene también las que empiezan con tres carriles y de improviso se reducen a dos. Las que poseen cruces imposibles, bermas con efecto rebote (engordan, adelgazan y engordan otra vez), señalización inexistente, rompemuelles que deberían llamarse ‘romperriñones’, baches de estreno (gracias, Sedapal) o a los que solo les faltan canas por lo viejos que están.

Es un paisaje normalizado por la costumbre, porque en nuestro país “las cosas son así”, “no pidas más”, “al menos la pista tiene asfalto, así que no te quejes”.

¿Cuándo nos damos cuenta de que no es civilizado movilizarnos en esta escenografía de locura, que estos ‘detalles’ nos quitan calidad de vida por retazos? Cuando ocurren tragedias como la del jueves. Es en estos momentos de horror que percibimos que no solo somos el país de los conductores irresponsables, de los semáforos que están de adorno y de una policía a la que pocos respetan.

Es con las imágenes de los cadáveres carbonizados, de las madres clamando por sus hijos, del dolor expuesto en carne viva vía streaming, que coincidimos en que no podemos mantener esta situación. La fórmula malos conductores, vehículos en mal estado, normas hechas de papel mojado, pobre fiscalización y calles mal diseñadas da como resultado el caos que sufrimos todos los días. Porque camiones-cisterna con gas transitan por medio Lima todos los días. Y ese que se convirtió en una bola de fuego mortal quizás fue el mismo que estuvo estacionado en el grifo ubicado a dos cuadras de nuestra casa, en el parque del barrio o frente al colegio de nuestros hijos.

Pudo haber estallado cuando daba la vuelta a la esquina.


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