DOMINGO 15 DE MARZO DEL 2020

EL PRESIDENTE  DECLARA ESTADO DE EMERGENCIA  POR EL CORONAVIRUS

FOTOS: CESAR ZAMALLOA/GEC
DOMINGO 15 DE MARZO DEL 2020 EL PRESIDENTE DECLARA ESTADO DE EMERGENCIA POR EL CORONAVIRUS FOTOS: CESAR ZAMALLOA/GEC
/ CESAR ZAMALLOA
Oscar Paz Campuzano

A nueve de días de que se confirmara el primer caso de coronavirus en el Perú, el Gobierno decretó ayer estado de emergencia nacional, medida que fue oficializada con un decreto supremo publicado en el boletín de normas legales de manera extraordinaria. La disposición, que establece diversas restricciones durante 15 días, empezó a regir desde las cero horas de hoy, según precisó la Presidencia del Consejo de Ministros.

Esta medida establece el “aislamiento domiciliario obligatorio” en todo el territorio nacional. Esto servirá para contener la propagación del COVID-19 y evitar el colapso de los hospitales y centros de salud.

Acompañado por sus ministros y representantes de las municipalidades y gobiernos regionales, el presidente de la República, Martín Vizcarra, informó que la Policía Nacional del Perú y las Fuerzas Armadas serán las encargadas de hacer cumplir esta medida.

“Durante el estado de emergencia quedan restringidos el ejercicio de los derechos constitucionales relativos a la libertad y la seguridad personales, la inviolabilidad del domicilio y la libertad de reunión y de tránsito en el territorio nacional”, dijo el mandatario. Solo se permitirá la circulación de personas para la adquisición, producción y abastecimiento de alimentos, medicinas, combustible y bienes de primera necesidad. También de aquellos que acudan a establecimientos de salud, entidades financieras, seguros y pensiones, o para asistir y cuidar a personas en situación vulnerable.

En estas excepciones, el presidente Vizcarra incluyó a quienes acudan a trabajar en medios de comunicación y en centrales de atención telefónica.

“Durante este período, garantizamos el abastecimiento de alimentos, medicinas, así como la continuidad de los servicios de agua, saneamiento, energía eléctrica, gas, combustible, telecomunicaciones, limpieza, recojo de residuos sólidos, servicios funerarios y otros”, dijo el presidente. La continuidad de estos servicios, señaló Vizcarra, también será garantizada por las fuerzas del orden.

Según indicó el ministro del Interior, Carlos Morán, quienes circulen en la calle y no estén incluidos en las excepciones serán conducidos a comisarías. El constitucionalista Víctor García Toma explicó que los agentes quedan con autoridad para detener por 48 horas a toda aquella persona que incumpla el aislamiento social y agregó que sería denunciada por el delito de propagación de enfermedades.

Otras disposiciones

A la par del aislamiento domiciliario obligatorio, el Gobierno cerró todas las fronteras, de forma que el transporte internacional de pasajeros por medio terrestre, fluvial y aéreo quedó suspendido. Se exceptúa de la medida al transporte de carga y mercancías.

LIMA 26 DE MARZO DEL 2020.
Recorrido por supermercados en Lima tras el anuncio de prórroga de la  Inmovilización social obligatoria.
Minka, Metro, Totus y Wong.
FOTO: LINO CHIPANA OBREGÓN
LIMA 26 DE MARZO DEL 2020. Recorrido por supermercados en Lima tras el anuncio de prórroga de la Inmovilización social obligatoria. Minka, Metro, Totus y Wong. FOTO: LINO CHIPANA OBREGÓN
/ LINO CHIPANA OBREGÓN

El mandatario anunció también que se destinarán S/40 millones para hacer visitas domiciliarias y seguimiento de los adultos mayores y personas con discapacidad severa en el país. Además, el personal de salud que preste servicios en las unidades de cuidados intensivos, de hospitalización o realicen vigilancia epidemiológica y visitas domiciliarias recibirán una bonificación extraordinaria. Para el caso de las denominadas familias vulnerables, el Gobierno se comprometió a “ayudarlas y acompañarlas”.

Al cierre de esta edición, los casos confirmados de coronavirus en el Perú sumaban 71.

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16 de marzo de 2020

En un solo día se detectaron 28 nuevos casos de coronavirus

La incidencia del COVID-19 se expande a paso firme en el ámbito global. El coronavirus ha dejado, hasta el cierre de esta edición, más de seis mil fallecidos y casi 160 mil infectados en todo el mundo. La mayor cantidad de víctimas se encuentra en China, con 3.199, y en países de Europa, con 1.907. De esta última cifra, más de la mitad están en Italia.

El ritmo de expansión de la enfermedad también aumenta en el Perú y el resto de la región. El Ministerio de Salud (Minsa) informó ayer que hay 71 casos confirmados en el país. Esa cifra representa el incremento diario más alto reportado desde su aparición, con 28 casos adicionales respecto al sábado, cuando solo se conocían 43 casos.

lima 27 de enero del 2021
testimonios de familiares que pernoctan afuera de la distribuidora de Criogas para conseguir oxígeno.  muchas personas esperan recargar oxigeno para su familiares enfermos por la covid-19 pandemia coronavirus
lima 27 de enero del 2021 testimonios de familiares que pernoctan afuera de la distribuidora de Criogas para conseguir oxígeno. muchas personas esperan recargar oxigeno para su familiares enfermos por la covid-19 pandemia coronavirus
/ Hugo Perez

La mayoría de pacientes está bajo aislamiento domiciliario y solo uno se encuentra internado en el hospital Rebagliati. El último reporte del Minsa detalla que se han procesado 1.822 muestras en todo el país.

Si bien la cifra total de contagiados en el ámbito nacional es relativamente alta, esta se encuentra por debajo de los mayores niveles observados en Sudamérica, como Brasil (121) o Chile (75).

Las autoridades informaron que, hasta el momento, no se han reportado víctimas mortales, a diferencia de lo que sucede en Ecuador o Argentina, que tienen dos fallecidos cada uno.

Aumento en detalle

El primer caso del COVID-19 en nuestro territorio fue reportado el 6 de marzo. En Argentina, Chile y Ecuador, los primeros casos aparecieron entre tres y seis días antes que en el Perú, pero el aumento en aquellos países ha sido menos pronunciado.

Luego de diez días de la confirmación de la presencia del coronavirus, los 71 casos reportados en el Perú superan lo observado en estos países en el mismo período. En Chile, donde el primer caso apareció el 3 de marzo, se reportaron 33 en el día 10, mientras que Argentina y Ecuador llegaban a 31 y 15, respectivamente.

La expansión de la enfermedad ha avanzado de manera más notoria en Lima Metropolitana, que a la fecha cuenta con 58 casos confirmados. Sin embargo, se reportan nuevos contagiados en otras nueve regiones: Arequipa, Huánuco, Ica, Cusco, Callao, Piura, Áncash, La Libertad y Lambayeque. Además de Lima, el diagnóstico para detectar el coronavirus se hará paulatinamente en ocho regiones del país: Loreto, Tumbes, La Libertad, Cusco, San Martín, Ucayali y Cajamarca. Las dos primeras iniciaron el sábado el procesamiento de muestras, mientras que hoy se empezará esa labor en La Libertad y Cusco.

Factores detrás

¿Cuáles son las razones del aumento súbito en los niveles de la enfermedad? ¿Por qué en un solo día (ayer) se confirmaron 28 casos nuevos? Según Ciro Maguiña, médico infectólogo de la Universidad Cayetano Heredia y vicedecano del Colegio Médico del Perú, este incremento es usual en este tipo de brotes. Sin embargo, la cifra estaría subestimada, por lo que recomienda reforzar las acciones de mitigación.

“Es lo usual. Cuando hay un brote, va subiendo exponencialmente. Lo que pasa es que hay mucha gente que está circulando y no está diagnosticada. Ha pasado en Estados Unidos, en Francia. Hay mucha gente que está contagiando. La cifra en general en el Perú está subestimada porque no estamos haciendo detección masiva, como en Corea del Sur”, explicó el especialista.Maguiña se mostró a favor de la adopción de medidas de contención para reducir el aumento progresivo observado en los últimos días en el país.

“Se está cumpliendo aquello de que el coronavirus es una enfermedad contagiosa, pero no muy letal. La salud pública está por encima. Idealmente, la cuarentena debería extenderse por lo menos un mes, hasta fines de marzo no va a alcanzar”, opinó Maguiña.

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16 de marzo de 2020

El distanciamiento social y su importancia

Elmer Huerta (especialista en salud pública)

Todos los ciudadanos que formaban colas cumplían con el distanciamiento social para evitar contagios de COVID-19. (Foto: Anthony Niño de Guzmán/ GEC)
Todos los ciudadanos que formaban colas cumplían con el distanciamiento social para evitar contagios de COVID-19. (Foto: Anthony Niño de Guzmán/ GEC)

Nuestro primer artículo sobre el nuevo coronavirus, publicado hace solo siete semanas, concluía que si los casos en China y otros países asiáticos no se autolimitaban en ese momento, el planeta estaría enfrentando una pandemia de pronóstico impredecible. Ese momento ha llegado y el Gobierno Peruano —en una atinada y extraordinaria medida— ha decretado el estado de emergencia en todo el territorio nacional, limitando el movimiento de los ciudadanos solo para actividades esenciales.

El virus, llamado SARS CoV-2, está en todos los continentes, excepto en la Antártida. Es ya una amenaza, no solo para la salud individual de un grupo vulnerable de personas, sino también para la integridad de los sistemas de salud, los cuales definitivamente no están preparados para brindar cuidados médicos a los miles de pacientes con neumonía grave asociada a la infección.

Y aquí hay que ser claros: para el 95% de la población, esta infección no causará ningún problema serio de salud, no experimentarán síntoma alguno, o será como tener un resfrío o una gripe fuerte. La enfermedad causada por el virus —bautizada como COVID-19— afecta desproporcionadamente a personas de cualquier edad con un sistema de defensa disminuido por alguna enfermedad crónica, y se ensaña con los ancianos frágiles y debilitados.

Es decir, esta pandemia no es una amenaza de vida o muerte para el 95% de la humanidad. La verdadera y grave amenaza es para los sistemas de salud, los cuales —como en China, está ocurriendo en Italia y parece repetirse en España— no se darán abasto para atender a los centenares y miles de ancianos debilitados que desarrollen graves neumonías y necesiten servicios especializados de cuidados intensivos.

¿Recuerda usted cuando el Gobierno Chino dispuso la construcción de dos hospitales de más de mil camas cada uno en solo diez días? ¿Recuerda usted cómo el mundo se asombró ante esa hazaña de ingeniería y resolución? Parece que ese deslumbramiento no nos permitió ver la verdadera razón para tal proeza. Lo cierto es que eso se hizo porque el sistema de salud chino se vio desbordado por miles de ancianos con neumonías, y no sabían dónde atenderlos.

Lo mismo sucedió en Italia. El 20 de febrero, el país europeo informó de tres casos de infección y ninguna muerte conocida. Un día después, tuvo 20 infectados y su primera muerte. Al día siguiente, los funcionarios implementaron una serie de medidas, incluido el cierre de escuelas, e instituyeron un cordón sanitario que afectó a 50.000 personas. Pero ya era demasiado tarde, había ya 63 casos y una segunda muerte. Una semana más tarde, el número de pacientes era de 2.036, con 140 en una situación grave, y 52 fallecidos. Hoy, los números continúan aumentando, con más de 24.747 casos y 1.809 muertos. La semana pasada, el Gobierno Italiano amplió las restricciones de viaje a todo el país.

¿Y por qué ocurrió esa explosión de afectados y de enfermos graves? La respuesta es que las autoridades políticas y científicas de esos países tardaron en darse cuenta de la naturaleza de la batalla. La propagación del virus era geométrica en ausencia de medidas de contención. En otras palabras, las acciones de lavado de manos y limpieza de ambientes (muy necesarias por cierto) no eran suficientes, por lo que, debido a que la persona es el vehículo de contagio, había que impedir que la gente interaccionara libremente.

El problema fue que en una sociedad tan globalizada, y que no se había enfrentado a una situación igual desde hace más de 100 años, el solo hecho de aislar a la gente parecía una medida muy radical, propia de regímenes autoritarios o antidemocráticos. Qué equivocados estábamos todos.

Distanciamiento social

Frente a una amenaza como la que estamos viviendo existe solo una solución: que la gente (que es portadora del virus y lo contagia) deje de interactuar libremente. Es decir, que se limiten al máximo los encuentros entre personas. Eso se llama distanciamiento social.

El mural fue pintado respetando las normas de distanciamiento social y uso de mascarillas para evitar contagios.
El mural fue pintado respetando las normas de distanciamiento social y uso de mascarillas para evitar contagios.

El distanciamiento social es una práctica de salud pública que tiene como objetivo evitar que los enfermos entren en contacto cercano con aquellos sanos para reducir las oportunidades de contagio. Puede incluir medidas a gran escala, como cancelar eventos grupales o cerrar espacios públicos, así como decisiones individuales, evitar las multitudes. En términos más radicales, y necesarios, puede incluir el toque de queda.

Hay mucha evidencia científica que demuestra que el distanciamiento social es efectivo en controlar una epidemia. En 1918, durante la pandemia de gripe que mató a alrededor de 90 millones de personas, hubo una diferencia extraordinaria en el número de casos entre las ciudades de Filadelfia (que no hizo distanciamiento social) y San Luis (que sí aplicó la medida). Este año, hubo una diferencia muy grande en la cantidad de enfermos entre la ciudad de Guangzhou y Wuhan. La primera implantó severas medidas de distanciamiento social, la segunda se demoró, considerándose que un atraso de dos semanas es una eternidad en el control de un virus.

Corolario

Si no se hace nada para contener el virus en el Perú, se calcula que mil a dos mil individuos necesitarían una cama de cuidados intensivos. El país solo tiene 250 disponibles. ¿Se imagina qué pasaría con esas miles de personas en necesidad de un cuidado médico urgente?

Además de la higiene personal y la salubridad de la comunidad, la medida extraordinaria adoptada por el Gobierno Peruano debe ser respetada y cumplida sin ninguna objeción. Con eso no solamente salvaremos nuestro precario sistema de salud, sino también la vida de quienes nos dieron todo para ser lo que somos: nuestros padres y abuelos.



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