(Foto: El Comercio)
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Fernando Rospigliosi

En una reciente entrevista el economista Elmer Cuba analiza si lo mejor para el país sería que el presidente Pedro Pablo Kuczynski (PPK) renuncie y que el vicepresidente Martín Vizcarra ocupe su lugar, una alternativa que cada vez va ganando más adeptos tanto en las élites como entre la ciudadanía.

Las razones que menciona Cuba son varias. En primer lugar, el presidente tiene muy poca credibilidad, “no solo ante la opinión pública, sino entre los principales agentes económicos”. En segundo lugar, PPK “está muy debilitado y con una agenda de política económica que no existe”. Por último, es un gobierno “precario” y hay “una vacancia implícita” en el ambiente. (“Gestión”, 22/1/18, “Este año el PBI crecerá más que en el 2017, pero no se va a sentir en los bolsillos de la gente”).

Y luego se pregunta si no sería mejor que asuma Vizcarra la presidencia “fortalecido políticamente, con respaldo congresal, que haga reformas y políticas económicas que este gobierno ya no las va a hacer”.

Elmer Cuba es un respetado economista, miembro del directorio del Banco Central de Reserva y socio de Macroconsult, una empresa de asesoría económica y financiera. En la campaña electoral del 2016 lideró el equipo económico de Keiko Fujimori.

Un político moderado como César Villanueva, miembro de la bancada de APP que respaldó a PPK en diciembre cuando se votó la vacancia, ahora ha cambiado de opinión y también demanda que el presidente renuncie y que Vizcarra asuma el cargo. (“Gestión”, 25/1/18).
El vocero aprista Mauricio Mulder sostiene que PPK “es un escollo para el país” y que la renuncia “sería una solución”. (“Perú21”, 24/1/18).

Los izquierdistas del Frente Amplio encabezados por Marco Arana ya presentaron otra moción para destituir a PPK, que obviamente no ha tenido respaldo ahora, pero muestra que siguen empeñados en ese propósito, al que posiblemente se añadirían en la próxima ocasión sus rivales de Nuevo Perú, que antes sostuvieron al presidente y en este momento se sienten traicionados. Su lideresa Verónica Mendoza exige exaltadamente la renuncia de PPK.

Incluso el congresista ex oficialista Gino Costa apoyaría la vacancia “si hay sustento fiscal” (“La República”, 25/1/18).

En suma, la situación ha cambiado rápidamente en el último tiempo. Hasta hace algunas semanas, eran muy pocos los que creían que la vacancia era una posibilidad real y cercana, y que las probabilidades de PPK para llegar al 2021 eran muy escasas. Ahora los papeles se han invertido, son pocos los analistas que piensan que PPK seguirá siendo presidente el año del bicentenario y muchos le sugieren públicamente que renuncie antes de que lo destituyan, para hacer menos traumática la transición.

En la opinión pública la situación también ha variado. La encuesta especial de Ipsos de fin de diciembre revelaba un 53% a favor de la vacancia de PPK –reemplazado por el vicepresidente o por el presidente del Congreso- y un 38% en contra. (El Comercio, 30/12/17).

Entre los factores importantes que apuntalan esa tendencia están las nuevas revelaciones sobre la trama de Lava Jato que han aparecido y las que están por venir. El domingo pasado el programa “Cuarto poder” de América TV destapó otro negocio que compromete directamente a PPK. Su empresa Westfield —junto con el Banco de Crédito— se encargó de colocar bonos de Odebrecht por US$100 millones para financiar el proyecto Olmos, embolsicándose US$1 millón por la operación, monto que cobró el socio y amigo de PPK Gerardo Sepúlveda. PPK como ministro había firmado el decreto que garantizaba esos bonos. El conflicto de intereses es evidente.
Las declaraciones que hará Jorge Barata a fines de febrero probablemente corroborarán varias sospechas y añadirán nuevas evidencias.

Por último, el crecimiento de la economía este año, en el que PPK confía para superar su debilidad política, parece que no será como se esperaba sino algo menor, según el banco BBVA, aunque lo más preocupante es que de acuerdo con sus proyecciones el empleo formal aumentará menos de 1% y los ingresos de las personas tampoco crecerán de manera importante.

En este contexto se pueden producir protestas populares que son siempre el elemento decisivo para que un juicio político al presidente sea exitoso.

En síntesis, la percepción se ha modificado radicalmente en los últimos meses y ahora muchos piensan que lo mejor para la economía y la política es que PPK renuncie o que lo vaquen.