Celeste Pérez

Analy Giuliana tiene 17 años. Ha pasado toda su infancia y adolescencia en Paucartambo, Cusco; pero el fin de semana pasado visitó la capital con una misión especial: convertirse en editora de Somos por una edición. Esto, en el marco del . Aunque le apasiona la ciencia -se encuentra en el primer semestre de química en la UNSAAC- las comunicaciones y la escritura también son su fuerte. Ella llegó para compartir más sobre sus ideales, y a la vez ser la voz de cientos de niñas y adolescentes en su comunidad. “Este tipo de espacios son necesarios. Poder opinar, y al fin ser escuchadas, generar un cambio”.

Activista desde los 11 años, ella recuerda que sintió el primer chispazo de empoderamiento al conocer que su madre y abuela no recibieron las mismas oportunidades y educación que ella. “Paucartambo es una zona rural, donde a veces no se toman en cuenta los derechos. Por ejemplo, antiguamente, las mujeres no recibían nada de educación, no se les escuchaba la voz”, comenta.

Giuliana, recuerda también que fue un maestro en el colegio el que la motivó a nunca apagar su voz. A luchar por sus sueños. Él, además, organizó a un grupo de chicos y chicas para participar de un programa radial que promoviera información sobre los derechos sexuales y reproductivos de los más jóvenes. Pero ocurrió algo: cuando fueron a pedir apoyo en la estación radial de la localidad, estos pidieron una inversión monetaria para cederles el espacio. En aquella ocasión el maestro asumió el gasto, suceso que la joven recuerda hasta hoy. “Aquello me puso a pensar. ¿Realmente tenemos que pagar para al fin ser escuchados? Eso en verdad es algo frustrante, algo que también me da un poco de coraje”.

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En Paucartambo el acceso a ESI es limitado. Ello ha derivado en embarazos adolescentes, círculos de pobreza y falta de oportunidades para las mujeres jóvenes. Por ello Giuliana considera que es tan importante difundir el tema. “Imagínate crecer y no conocer tus derechos, que las autoridades estén desvinculadas por completo de su cumplimiento. La gente los vulnera y tú no sabes que está mal hasta que te enteras”, precisa.

VOCES POR EL CAMBIO

Junto a Giuliana, llegaron también Vivian (15) de Piura, y Astrid (16) de Loreto. Todas de realidades diferentes, pero con un mismo propósito: vencer poco a poco la brecha de oportunidades a la que aún se enfrentan las niñas del Perú. En su apretada agenda de actividades, estas jóvenes lideresas cedieron un espacio para conocer las instalaciones del Diario El Comercio, lugar histórico por cuyos pasillos se han tejido cientos de historias que hoy forman parte de nuestra nación.

“El Día Internacional de la Niña es un momento en el que al fin tenemos representación. En el que muchas lideresas se pueden unir y ser la voz de miles en su comunidad, en su región. Por ejemplo, hoy, somos 3 amigas de distintas regiones, distintos climas, distintas realidades, con perspectivas distintas. Pero eso enriquece. Nuestras diferencias nos unen por un mismo objetivo, luchar por los derechos de las niñas de nuestro país”, dice emocionada Giuliana sobre el camino que ha emprendido con sus compañeras.

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Como parte de su labor como editora de Somos por esta edición, Giuliana también tuvo el reto de entrevistar a sus compañeras, Vivian y Astrid. Además, también compartió recomendaciones para la cobertura de noticias sobre temas relacionados con la niñez al equipo de Somos, así como también escribió su primera columna editorial.

La participación activa como editora de Somos esta semana, la llevó también a revisar las notas principales de la edición de este 08 de octubre, brindando varias recomendaciones en cuanto a diseño y texto. Su labor ha sido impecable e inspiradora.

CERRAR LA BRECHA

Vivian Andrea (15) recuerda con admiración a la profesora de ciencia de su colegio. Ella le daba consejos, la animaba a investigar, a ‘curiosear’ en libros, parques y paseos. En un mundo en donde los varones tienen más oportunidades en el rubro STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), este impulso marcó la diferencia. En el distrito de Castilla, Piura, se formaba poco a poco una líder con visión ecológica y feminista.

“Sus palabras me llenaron de ganas de impactar en el mundo, de ayudar como podía. Así empecé a los 13 años ayudando en distintos voluntariados. Primero visitando zonas alejadas para enseñar a niños sin acceso a educación, luego en campañas de reciclaje, rescate de perritos y también en iniciativas contra la anemia”, comparte.

Como parte de la campaña de la ONG Plan Internacional por el Día Internacional de la Niña 2022, diversas adolescentes líderes del Perú visitaron Lima para que sus voces sean escuchadas. En la foto, Astrid (Loreto), Vivian (Piura) y Analy (Cusco) escuchan fascinadas las historias que guarda la gran hemeroteca de El Comercio, guiadas por Mario Cortijo, productor editorial del decano.
Como parte de la campaña de la ONG Plan Internacional por el Día Internacional de la Niña 2022, diversas adolescentes líderes del Perú visitaron Lima para que sus voces sean escuchadas. En la foto, Astrid (Loreto), Vivian (Piura) y Analy (Cusco) escuchan fascinadas las historias que guarda la gran hemeroteca de El Comercio, guiadas por Mario Cortijo, productor editorial del decano.
/ SOMOS > ELIAS ALFAGEME

Sin embargo, en el fondo sabía que su impacto podía lograr más. Es así que investigando llegó al club ‘Girl Up’ de las Naciones Unidas. Una iniciativa que recorre el mundo empoderando niñas y adolescentes y rompiendo con las brechas de género. “A mis 15 años me atreví a crear mi propio club Girl Up en Piura. Lo llamé Nuwa Senchi”. Hoy, su club cuenta con más de 90 participantes y 25 líderes de todo el mundo, desde países como México, Argentina y Panamá.

Esa convicción y ganas de comerse al mundo la comparte también Astrid Lizeth, de Loreto, que inició su activismo desde el primer año de secundaria. A comparación de sus compañeras, sin embargo, se enfrenta a una realidad más cruda: los jóvenes loretanos aún se ven expuestos a problemáticas como la drogadicción y el embarazo adolescente. Lista para generar un cambio, empezó formando parte del municipio de su escuela, para hoy por hoy desempeñarse como líder en su comunidad, Nauta.

“Brindar conocimiento a más adolescentes como yo es un privilegio. Yo también los escucho, respeto sus puntos de vista y confío en su capacidad para involucrarse en la política y el cambio”, comenta. “A veces las autoridades creen que como jóvenes no podemos participar en política, pero la verdad es que sí tenemos esa capacidad. Las carencias nos impulsan a tener objetivos claros para el cambio”.

A puertas del día central, este 11 de octubre, Vivian defiende la importancia del Día Internacional de la Niña, como una fecha a la que más personas deberían sumarse. “Esta es la oportunidad para hacer escuchar mi voz, y al decir mi voz también hablo de la representación que hago a cientos de niñas en el Perú. Es decir, hay niñas en lugares alejados que no dan a conocer sus voces por miedos, inseguridades, o que tal vez están siendo intimidadas, y por ellas es necesario que se cierren las brechas”.//

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