Manifestantes pro palestinos ocupan un espacio en la entrada del Hamilton Hall de la Universidad de Columbia en Nueva York, Nueva York, Estados Unidos, el 30 de abril de 2024. (Foto de EFE/EPA/MICHAEL M. SANTIAGO)
Manifestantes pro palestinos ocupan un espacio en la entrada del Hamilton Hall de la Universidad de Columbia en Nueva York, Nueva York, Estados Unidos, el 30 de abril de 2024. (Foto de EFE/EPA/MICHAEL M. SANTIAGO)
/ MICHAEL M. SANTIAGO / POOL
Agencia AFP

La Universidad de , en , dijo el martes que los estudiantes que ocupan un edificio del campus como parte de protestas propalestinas corren riesgo de ser expulsados de sus programas académicos, la última medida en un enfrentamiento con las autoridades del centro.

Los estudiantes que ocupan el edificio se enfrentan al riesgo de expulsión”, informó la oficina de relaciones públicas de la universidad en un comunicado, y agregó que a los manifestantes se les brindó “la oportunidad de irse pacíficamente”, pero en lugar de eso la rechazaron y agravaron la situación.

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La ocupación del Hamilton Hall de la prestigiosa universidad ocurrió horas después de que las autoridades del centro dijeran que habían comenzado a suspender a los estudiantes por no cumplir con una orden de desalojo del campamento que habían levantado en los jardines.

La agrupación Estudiantes de Columbia por la Justicia en Palestina destacó que el mismo edificio fue también foco de protestas estudiantiles en 1968.
La agrupación Estudiantes de Columbia por la Justicia en Palestina destacó que el mismo edificio fue también foco de protestas estudiantiles en 1968.

Jóvenes con el rostro cubierto rompieron ventanas y bloquearon con mesas las entradas del edificio, según imágenes compartidas en las redes sociales.

Después de 206 días de genocidio y más de 34.000 mártires palestinos, los miembros de la comunidad de Columbia recuperaron Hamilton Hall poco después de la medianoche”, dijo el grupo en un comunicado, en alusión a la guerra de Israel en Gaza.

El grupo también señaló que había cambiado el nombre del edificio a “Hind’s Hall”, en honor a una niña gazatí de seis años muerta en la ofensiva israelí contra el grupo islamista palestino Hamás.

Los manifestantes aseguraron que permanecerán en el edificio hasta que se cumplan sus exigencias, incluida la de que la Universidad de Columbia rechace toda financiación vinculada a Israel.

El centro rechazó esa demanda. La rectora, Minouche Shafik, dijo el lunes que “no lograron llegar a un acuerdo” con los estudiantes, según un comunicado.

El martes, mientras una multitud comenzaba a reunirse afuera del centro, una pequeña presencia policial se instaló en el campus de Columbia, según comprobó la AFP.

Como dijimos ayer, las interrupciones en el campus han creado un ambiente amenazante para muchos de nuestros estudiantes y profesores judíos”, afirmó el portavoz de Columbia, Ben Chang, quien acusó a los ocupantes de haber cometido actos de “vandalismo”.

La toma del edificio fue reprobada por el presidente Joe Biden, que en había pedido garantizar la libertad de expresión de los estudiantes y evitar actos antisemitas.

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El presidente cree que tomar por la fuerza un edificio del campus es absolutamente el enfoque equivocado”, dijo el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby. “No es un ejemplo de protesta pacífica”, añadió.

De costa a costa

Las protestas se han extendido por las universidades del país. En muchas se han levantado campamentos en los jardines del campus, después de que alrededor de 100 manifestantes fueran arrestados por primera vez en Columbia el 18 de abril.

En la Universidad de Texas, en Austin, la policía se enfrentó a los manifestantes el lunes, incluso usando gas pimienta, y realizó arrestos mientras desmantelaba un campamento, sumándose a las más de 350 personas detenidas en todo el país durante el fin de semana.

Paul Quinzi, del gremio de abogados de Austin que ayuda a los detenidos, dijo a la AFP que calculan “al menos 80 arrestos”.

Las protestas contra la guerra de Gaza han planteado un reto a las autoridades universitarias para equilibrar el derecho a la libertad de expresión con las quejas de que las concentraciones han derivado en odio y antisemitismo.

“Derecho de reunión pacífica”

El jefe de derechos humanos de la ONU, Volker Turk, expresó el martes su preocupación por las medidas de mano dura adoptadas para dispersar las protestas y dijo que “la libertad de expresión y el derecho de reunión pacífica son fundamentales para la sociedad”.

Turk añadió que “la incitación a la violencia o al odio por motivos de identidad o puntos de vista, ya sean reales o supuestos, debe ser repudiada enérgicamente”.

Shafik, en su declaración del lunes, dijo: “Muchos de nuestros estudiantes judíos, y también otros estudiantes, han encontrado la atmósfera intolerable en las últimas semanas. Muchos han abandonado el campus y eso es una tragedia”, expresó, añadiendo que “el lenguaje y los actos antisemitas son inaceptables”.

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Los organizadores de la protesta niegan las acusaciones de antisemitismo, y defienden en cambio que sus acciones están dirigidas al gobierno de Israel y su manejo del conflicto en Gaza.

La guerra de Gaza comenzó cuando militantes de Hamás perpetraron un ataque sin precedentes contra Israel el 7 de octubre que dejó alrededor de 1.170 muertos, en su mayoría civiles, según un recuento de la AFP de cifras oficiales israelíes.

La represalia de Israel ha matado al menos a 34.535 personas en Gaza, en su mayoría mujeres y niños, según el Ministerio de Salud del territorio dirigido por Hamás.

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