Los osos regresan a China: ¿llegó el fin de la diplomacia de los pandas?

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La diplomacia de los pandas ha sido una exitosa estrategia de ‘soft power’ (o poder blando) ejercido por Beijing desde los años de la Guerra Fría para fortalecer lazos con países claves a través de la entrega de estos preciados animales que hasta no hace mucho estaban en peligro de extinción.

Pero esta estrategia está a punto de llegar a su fin. Con la tensión geopolítica reinando en el aire, los últimos pandas que quedan en Estados Unidos regresarán pronto a China en un viaje que, por ahora, parecería sin retorno.

A fines de año, partirán del Zoológico Nacional Smithsonian de Washington DC Xiao Qi Ji, nacido en el 2020, y sus padres Mei Xiang y Tian Tian, que llegaron en el año 2000 al país. Para el 2024 está previsto el viaje de los cuatro osos que aún viven en el zoológico de Atlanta. En el 2019 ya habían regresado los pandas que estaban en San Diego y a inicios de este año se fue el último que quedaba en Memphis, Tennessee.

Fue en 1984 que China decidió dejar de regalar pandas para entregarlos en calidad de préstamo a zoológicos de diversos países, escogidos cuidadosamente para reforzar relaciones geopolíticas, económicas y comerciales.

Las parejas de animales se entregan a cambio de un millón de dólares al año y si nace algún oso en cautiverio, los zoológicos deben desembolsar 600 mil dólares más, pues está establecido que todo panda que nazca fuera de China le pertenece a China.

Usualmente, el acuerdo de préstamo suele ampliarse para que los animales sigan siendo las atracciones principales de los zoológicos, pero la dinámica está cambiando y las autoridades chinas están dejando que los contratos caduquen y, por ahora, no hay señales de prórroga.

“Los pandas son unas de las pocas herramientas del ‘soft power’ de China y sería una pena que no se renueven los contratos. Pero no sería raro que China manifieste así su malestar ante el clima de tensión con Estados Unidos”, señala a El Comercio el economista Carlos Aquino, coordinador del Centro de Estudios Asiático de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

“Los chinos están enojados por las sanciones impuestas por la administración Biden, por las restricciones a los semiconductores y los problemas que ahora tienen para obtener visas para EE.UU. Por lo tanto, es muy posible que estén intentando enviar una señal”, explica Dennis Wilder, miembro principal de la Iniciativa para el Diálogo entre Estados Unidos y China en la Universidad de Georgetown, a la cadena France 24. “No están retirando sus pandas de Doha o Tailandia, por ejemplo”.

Según datos del portal El Orden Mundial, hay 68 pandas que residen en zoológicos de 22 territorios fuera de China continental. En Europa hay 32 y en Asia 24, la mayoría países que tienen importantes acuerdos comerciales con Beijing.

Además de Estados Unidos, China está retirando sus osos de Gran Bretaña y Australia, países con los que también hay rencillas.

“Vamos a ver hasta dónde llega la molestia china”, agrega Aquino, quien recuerda que en noviembre se realizará en San Francisco la cumbre de APEC, a la que se espera que asista el presidente Xi Jinping. “Si Xi no va sería una pésima señal para las relaciones con Estados Unidos. Hay que tener en cuenta que, pese a la tensión, Biden ha enviado a Beijing a funcionarios de alto nivel, como su secretario de Estado, la secretaria del Tesoro y el encargado del cambio climático. Para los chinos, aún no hay un ambiente adecuado porque Washington les sigue ajustando las clavijas con las sanciones”, puntualiza.

Entre tanto, los tiernos osos pandas van de regreso a China sabiendo que, quizá en mejores momentos, puedan convertirse de nuevo en los embajadores del gigante de Asia.