Buscan poner en valor la red de canales prehispánicos de Lima
Buscan poner en valor la red de canales prehispánicos de Lima

La historia de Lima corre por debajo de nuestros pies. Oculta por autopistas, parques y viviendas, el agua de los canales prehispánicos, construidos hace 2.000 años para distribuir este recurso desde el río Rímac y transformar el desierto en valle, aún irriga gran parte de la ciudad sin que muchos reparen en ello.

La construcción de estos canales es un ejemplo perfecto de una ingeniería prehispánica adelantada a su tiempo: pese a que los antiguos peruanos no sabían que sus tierras iban a ser pobladas por más de 10 millones de personas, estos ríos artificiales, que aún conservan su curso original, riegan importantes terrenos como los del Jockey Club, el parque El Olivar, el Cuartel General del Ejército, cementerios y varias universidades. En total, el 80% de las áreas verdes de 16 distritos de Lima son regadas con agua de canales prehispánicos, según la Comisión de Regantes de Surco.

A decir de historiadores y cronistas, esta maravilla de la ingeniería hidráulica, elaborada por miembros de las culturas Lima, Wari e Inca, fue lo que convenció a Francisco Pizarro para elegir Lima como capital. “Sin estos canales Lima no sería esta gran metrópoli. Por ello es hora de buscar su declaración como Patrimonio Cultural de la Nación”, señala el periodista y conferencista Javier Lizarzaburu, quien ha investigado por años el curso de estos surcos.

EL VALOR QUE SE MERECE
Hace unos cuatro años, Luis Molina, presidente de la Comisión de Regantes de Surco, encontró que una gran parte de canales prehispánicos que atravesaban asentamientos humanos eran empleados como botaderos de basura y vertimientos tóxicos. Fue entonces que nació la propuesta que hoy podría, literalmente, cambiar el curso de su destino: la campaña Canales de Lima, Regando Vida, la cual busca que se tome conciencia por cuidar este sistema hidráulico y crear un vínculo de identidad entre los antepasados con la ciudadanía.

Existen dos canales madre operativos al 100%: Surco y Huatica. “Gracias a ellos se fundó la ciudad en un desierto”, dice Molina. Ambos están incluidos en el plan para la recuperación y puesta en valor del sistema de canales el cual, hasta la fecha, ha reunido el compromiso de la Municipalidad de San Borja y el Ministerio del Ambiente, y está próximo a ser enviado al Banco Interamericano de Desarrollo.

“Al poner en valor este patrimonio no solo se permitirá la recuperación de nuestro pasado, sino también se ayudará a promover un sistema de movilidad sostenible a través de la instalación de ciclovías y se impulsará el manejo sostenible del agua”, dice el presidente de la Comisión de Regantes.

VOLVER AL FUTURO
A mediados de 1800, tras una epidemia de fiebre amarilla, la alcaldía decidió canalizar algunas acequias, al tiempo que el crecimiento de la ciudad hizo que se usen como drenajes de los desagües. Así, se fue olvidando el uso que originalmente se le dio a este sistema.

El escaso conocimiento de los ciudadanos sobre esta herencia ha impulsado también a Javier Lizarzaburu a promover la necesidad de que los canales prehispánicos sean declarados Patrimonio Cultural de la Nación, a fin de que se los proteja y “se tome conciencia del valor que tiene un solo metro cuadrado de área verde”.

Pero el investigador va más allá. “También se trata de combatir la desconexión que muchos limeños tienen con el valor del agua y su conservación. Eso podría lograrse mediante carteles que anuncien a los usuarios de los parques que gozan de estas áreas verdes gracias al trabajo hecho por ingenieros prehispánicos”, señala el periodista.

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