Lo que significa el fútbol en un país que clasifica al mundial luego de 36 años. La selección peruana cortó la mala racha. (Foto: FPF)
Lo que significa el fútbol en un país que clasifica al mundial luego de 36 años. La selección peruana cortó la mala racha. (Foto: FPF)
Christian Cruz Valdivia

Nos habíamos abrazado tanto. Nos habíamos consolado mucho. El fútbol peruano es un mar de lamentos que hacen que momentos como este se llenen de lágrimas y nos volvamos a abrazar, pero esta vez ya liberados de ese nudo en la garganta que apretaba desde hace 35 años.


Abracémonos porque hay tanta emoción contenida. Porque la madre dejó que su hijo vaya al estadio (o la loza del barrio) o el padre guardó unos soles para comprar la '9' de Guerrero.

Porque seguirá siendo fútbol, un juego, el más lindo y más ingrato a la vez. Pero hoy es el mejor ejemplo de que con organización, trabajo, unidad y compromiso los objetivos siempre están más cerca.

Quizás no sea casual que Perú sea el clasificado número 32. Eso es lo que cuesta en nuestro país, todo el doble y hasta el final. Esperar hasta el último para ser los primeros cuando de celebración y unidad se trata.

Porque el balón no solo lo lleva Cueva, lo trasladan todos los que apoyaron a la . Porque define Farfán con la fuerza del pueblo que creyó hasta el minuto final. Porque lo sentencia Ramos con la fe de un continente apoyando al vecino, al amigo.

Y si siguen discutiendo al fútbol, solo tienen que ver la vida en él. Una toma de decisiones como la Ricardo Gareca de jugársela por un grupo, arroparlos y morir con ellos (sin Zambranos, Vargas ni Pizarros). Como la de Paolo Guerrero de pegarle al arco en un tiro libre indirecto (empate ante Colombia y al repechaje) o como la de Edwin Oviedo y Juan Carlos Oblitas de mantener al entrenador con 4 puntos de 18 posibles (octavos en una tabla de 10).

Han pasado 35 años de sinsabores. Una vida en la que se mordió la bronca con un 4-0 en Santiago que nos quitó la ilusión de Francia 98. El tocar fondo siendo últimos en las Eliminatorias (para Sudáfrica 2010). La frustración contenida de ver a tantos ‘fantásticos’ sin nada fabuloso. Una vida que se toma un segundo aire, ese aire frío que ahora se respira en Rusia.

Es el Perú señores. Nos habíamos abrazado tanto, y lo seguiremos haciendo.

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