Estaba feliz. Un locutor, muy hincha, le pide saludar a las tribunas y 40 mil personas -que pronto serán 50 mil- la aplauden, y en ese aplauso, a todo el equipo. Un fotógrafo le pide posar con la Copa y la noche cierra así, épica. Heidi Gronerth fue la capitana y una de las jugadoras experimentadas que ayudó a que el equipo de vóley de Universitario de Deportes vuelva tras 12 años de ausencia a la primera división del vóley peruano. Ese torneo donde Regatas Lima no tuvo rival, y donde Alianza llena todas las fechas el coliseo. Las cremas disputarán la Liga Superior de Vóley de la edición 2023-2024 y se reencontrarán con viejos rivales.

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Heidi Gronerth sabe que será un regreso increíble: hay una euforia visible en los estadios por ver y alentar a todo equipo que defienda la camiseta crema. Ella, que también es mamá de dos niños, habla sobre eso y todo lo que viene. Nació en Tarapoto pero ya es crema. En el día de la madre, la capitana de la ‘U’ reflexiona sobre el futuro del club crema en la Liga Superior.

-¿Cuál fue la clave para ganar el título y lograr el ascenso a la Liga Superior?

Obviamente, ahora nos sentimos felices, contentas, porque después de 12 años logramos la gran hazaña, poder ascender a Primera División. Por eso, estamos felices, contentas. El secreto fue el respeto en cada partido y trabajo duro.

-La experiencia es importante en partidos cruciales, ¿cuál es tu análisis sobre lo que hiciste con la ‘U’ en la temporada?

En lo personal, me hubiera gustado dar mucho más, porque yo vengo hace 7 años que no juego Liga Superior. He jugado muchos años en diferentes equipos como Circolo Sportivo Italiano, Wanka, Sipesa, Jaamsa, entre otros. Obviamente, me hubiese gustado estar al cien por ciento, pero en este caso, el profesor ha sabido dosificar el aporte de cada uno, ya que hemos dado un grano de arena de acuerdo a lo que hemos podido llegar en los meses, porque ninguna de nosotros venía entrenando en un club, muchas venían de lesiones, entre otros. Mi aporte quizá ha sido enseñar lo que sé en momentos clave y luego, que cada una de nosotros se mentalice en lo que buscaba el equipo y así se logre el objetivo que toda la hinchada quería. Imagino, yo, que no solo el hincha, porque quizás muchos esperan ver un clásico en la Liga Superior, porque son dos instituciones grandes que jalan mucha gente y eso es bueno para el vóley peruano.

-¿Cómo llegaste a la ‘U’?

El año pasado la ‘Gata´, Carmen García Guerra, me llamó y me dijo que la ayude. Yo venía de dejar el vóley profesional hace mucho tiempo. Lo que sí, venía entrenando máquinas y ya quería dejarme convencer por los entrenadores para dedicarme al fisicoculturismo, pero no estaba convencida por los sacrificios de la alimentación. Entonces, este año, el profesor César Arrese se comunica conmigo, porque ve en mis redes que yo siempre publicaba que estaba haciendo ejercicios de máquinas y me dice que juegue y le vuelvo a repetir lo mismo que le dije a la ‘Gata’. Aun así lo dude y le dije que lo iba a ayudar. Yo no sabía para qué equipo era la oferta y a las dos semanas Brigitte Valentín López, dirigente de la ‘U’ se comunicó conmigo. No quería tener la experiencia del 2021, donde me llamaron tres días antes, jugué tres partidos y quedamos eliminadas. Este año, la institución tomó una mejor decisión de hacernos entrenar más tiempo, el torneo no empezó en diciembre, sino en marzo y eso dio tiempo para que la preparación sea mejor.

-¿Cuándo se dieron cuenta de que el objetivo del ascenso era posible? ¿Hubo algún momento importante?

El objetivo fue claro desde el principio. A nosotras nos juntaron porque el objetivo era ascender y con base en ello trabajamos. Sabíamos que era difícil, pero acotamos a la experiencia de cada una y creo que todos fueron momentos importantes, desde el primer partido, que nos enseñó mucho. Cada set nos ayudó a hacer un engranaje como equipo y nos ayudó a funcionar en conjunto. Esto ayudó a que el equipo se fortaleciera en cada entrenamiento y partido para que se llegue al objetivo final que era ascender y con un contundente 3-0.

-¿Cómo miras a Alianza Lima y otros rivales que se van a enfrentar en esta temporada?

Todos los equipos son grandes. Ahorita, yo no seguí la Liga Nacional, porque estaba enfocada en el ascenso de la U y yo me imagino que para el próximo año temporada 2023-2024, pienso que como todas las instituciones se van a reforzar bien. Por eso, no te puedo dar una opinión porque no sé quiénes participan en el futuro

-¿Qué viene para la U de cara la Liga Superior que van a disputar?

Decirle a los hinchas de que las jugadoras que se queden siempre darán lo mejor. A título personal, yo siempre voy a dar lo mejor, porque soy una persona aguerrida, me gusta defender y ganar todos los partidos, eso es lo que yo busco como deportista, pero creo que ya lo han podido visualizar en los partidos que hemos tenido.

-¿Tu prioridad es seguir en la ‘U’?

Aún no se concretó nada. Hemos tenido un par de conversaciones con la directiva, la idea es que todo el equipo continúe, los 18 jugadores más los refuerzos y las extranjeras que vengan, pero todavía no sabemos nada de los refuerzos. Lo poco que hemos conversado es que el equipo continúe. Las expectativas son varias, obviamente, que se pueda formar un equipo bastante competitivo y desde mi lado mejorar al cien por ciento y poder llegar en óptimas condiciones para tener un nivel competitivo

Heidi Gronerth, capitana del equipo de vóley, habla de Universitario de Deportes, sobre su rol de madre y su regreso a la LNSV
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-¿Qué tan importante es el apoyo del hincha, puesto que eso demuestra la grandeza de la ‘U´?

La hinchada para los partidos es clave e importante, porque, no es lo mismo jugar con un equipo que no tiene hinchada, obviamente, como adversario hay la presión de siempre escuchar a tu barra y como jugadora te sientes con una energía distinta, sentir que por más de que los puntos no están buenos, como pasó en el último partido ante Molivoleibol, en el segundo set, a pesar de que teníamos una diferencia de 10 a 1, la hinchada nunca dejó de alentar.

-¿Qué diferencias encontraste de representar a la ‘U’, a diferencia de las otras camisetas que vestiste? ¿Qué cosa hace a la ‘U’ de diferente?

Mira, ahora que pude representar a una institución como es la ‘U’, obviamente solamente el nombre pesa, si bien es cierto, yo he jugado por diferentes clubes, sientes la presión, las ansias de querer ganar, porque como jugadora una busca y se prepara para ganar y conseguir títulos, pero el hecho de estar en una institución, una de las más grandes del Perú es distinto. La hinchada siempre está ahí, hay presión que propiamente te puede jugar una mala pasada, sin embargo, eso dependerá de la experiencia, ya que ayuda mucho a que puedas conllevar un poco y manejar ese peso de la camiseta.

-Desde Seúl 88 el voleibol en el Perú no ha vuelto a ser el mismo, ¿qué pasó?

Es un tema de educación, pienso que se le ha dado poca importancia al deporte, porque hace un tiempo atrás en los colegios se quitó el curso de educación física, ya no hay los semilleros que había cuando yo estaba más chica, me acuerdo de que en los colegios se disputaban los torneos nacionales de vóley y todas las disciplinas. Yo, cuando ingresé a mi colegio, había semilleros y era básico para que yo pueda aprobar todas las materias, si bien es cierto, no me daba tanto puntaje, pero era obligatorio para que pase de año. Actualmente, no se le está dando la importancia, antes había viajes y se traía gente de provincia para Lima. El vóley no es profesional, uno trata de acomodarse en los horarios y muchas deportistas se han retirado porque le dan importancia a sus estudios y trabajo. Yo toda la vida he tratado de manejarlo del trabajo al vóley, pues obviamente los profesores, trataban de acomodar que los entrenamientos sean a partir de las 8:00 p.m. para que llegue sin ningún problema, y los partidos eran miércoles, viernes, sábado y domingo, no más de dos partidos a la semana y empezaban a las 7:00 p.m., pero ahora veo que todo ha cambiado.

-¿En qué trabajas actualmente?

Estoy en una empresa que trabaja con minerías e industrias, ellos saben que soy deportista, me daban permiso para entrenar, felizmente estaba cerca de mi trabajo. Siempre preguntaban cómo me iba y felicitaban por los logros obtenidos. Asimismo, orgullosos de tener a una jugadora y capitana de la ‘U’ en su empresa. Obviamente como compañeros se sienten orgullosos y les agradezco porque siempre estaban pendientes. Salía 5:30 p.m. y de ahí volaba al Lolo Fernández, Católica o Videna, donde esté programado el entrenamiento y eran tres o cuatro horas de sesiones, llegando tarde a mi casa y dormía solo 4 horas, porque me tenía que levantar a las 5:00 a.m. para atender a mis hijos con el desayuno, la lonchera y supervisar que se alisten para el colegio. Es complicado el trabajo, los estudios, pero eso pasa porque el vóley no es profesional y uno tiene que cumplir con ambas cosas.

-¿Cómo nace tu interés por practicar vóley?

Mi ingreso al vóley fue casual, porque como te comenté en mi colegio Santa Rosa de Tarapoto, al pasar a primero de secundaria, como taller, tenía que llevar un deporte. Yo pasé por muchos deportes, porque pasé por gimnasia, no me gustó, luego pasé a karate, pero desde niña siempre fui deportista. Practiqué básquet y por unas amigas que jugaban vóley lo practiqué. Ahí, en el semillero, me enseñaron, las funciones básicas como volear, defender, atacar, posiciones y tras dos semanas, el entrenador de la selección hace un scouting para seleccionar a la preselección. Así empecé mi aventura con el vóley y veía que dedicaba con el tiempo. En los entrenamientos corregía bastante y recuerdo que un día lloré por la exigencia y él me dijo: “Yo sé que tú puedes llegar muy lejos y por eso te exijo”. Luego, fui a la selección de Tarapoto, empecé a viajar y vine a Lima. Ahí el presidente de la Federación, Juan Castro, quería que desde los 12 o 13 años venga a Lima para jugar con su club, pero no sabía mucho, hasta que un día, me pide que venga a ver a Lima, una final con todo pagado junto a mi mamá y así como él, había otras chicas de provincia que eran becadas, le pagaban todo, vivían en una casa. Así como fue que cuando tenía 14 años vine a Lima y jugué para diferentes clubes.

-¿Cómo has manejado ese otro entrenamiento diario que es ser mamá... y el vóley... y el trabajo?

No es nada fácil, porque dejamos a nuestros hijos por el trabajo y el vóleibol, lo dejamos mucho tiempo. El poco tiempo trato de aprovecharlo al máximo, pese a que es bastante complicado, ya que el sacrificio que hacemos es por ellos.

-¿Cuántos hijos tienes?

Dos. Adriano de 16 años y Darek de 7 años.

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